El Mazda 3 es un duro competidor para las berlinas compactas europeas. Para comenzar su diseño exterior ofrece una estética fresca y el te
rcer volumen está inspirado en el de un coupé. Algo de lo que no pueden presumir rivales como el Renault Megane o el Peugeot 307 con un planteamiento mucho más burgués.
rcer volumen está inspirado en el de un coupé. Algo de lo que no pueden presumir rivales como el Renault Megane o el Peugeot 307 con un planteamiento mucho más burgués.
a mano del conductor, por lo que ergonómicamente nos encontramos ante un automóvil muy estudiado. Además, el carácter diferenciador del exterior también está presente en el habitáculo.El cuadro de instrumentos no puede negar su parecido al del Alfa Romeo 147 antiguo, aunque en este caso no aparecen los molestos reflejos del modelo italiano. Exactamente lo mismo sucede con el diseño del los aireadores laterales.
Por otro lado, la consola central agrupa el equipo de sonido y la climatización.
Como curiosidad, debemos añadir que los botones del Radio-CD se ilumina a ambos lados de la rueda del volumen cada vez que subimos o bajamos el nivel de sonido. Los acabados están muy cuidados, todos los mandos ofrecen una sensación de calidad y buen hacer.
COMPORTAMIENTO NOTABLE
Dinámicamente nos encontramos con una de las referencias del mercado. Su comportamiento es notable. El Mazda 3 Sportsedan es un coche muy fácil de conducir. No brinda a su conductor la sensación de deportividad de
un BMW Serie 1, pero su estabilidad es ejemplar en todo tipo de trazados. Da la sensación de ir sobre raíles, y hacerle perder la compostura es muy complicado. Su eje posterior multibrazo va asentado al asfalto como si la vida la fuera en ello, y el eje delantero entra en las curvas de forma ejemplar. Pero lo que más llama la atención, es que a pesar de ser muy efectivo, la puesta a punto de las suspensiones es excelente, no resultan duras y a la vez mantienen el vehículo en una trayectoria perfecta.
Dinámicamente nos encontramos con una de las referencias del mercado. Su comportamiento es notable. El Mazda 3 Sportsedan es un coche muy fácil de conducir. No brinda a su conductor la sensación de deportividad de
un BMW Serie 1, pero su estabilidad es ejemplar en todo tipo de trazados. Da la sensación de ir sobre raíles, y hacerle perder la compostura es muy complicado. Su eje posterior multibrazo va asentado al asfalto como si la vida la fuera en ello, y el eje delantero entra en las curvas de forma ejemplar. Pero lo que más llama la atención, es que a pesar de ser muy efectivo, la puesta a punto de las suspensiones es excelente, no resultan duras y a la vez mantienen el vehículo en una trayectoria perfecta.Un importante punto a mejorar del Mazda 3 es la ausencia del control de estabilidad DSC en las versiones más básicas. Sólo está disponible para el acabado Sportive, los demás no lo pueden montar ni como opción.
El motor es el conocido 1.560 centímetros cúbicos de Ford. Este propulsor desarrolla una potencia de 110 caballos a 4.000 rpm con un par motor de 25 mkg a muy bajas vueltas, sólo 1.750 rpm. A los más técnicos, les gustará saber que la alimentación se realiza por common rail, tiene cuatro válvulas por cilindro, turcompresor de geometría variable, intercooler y una capacidad de aceite de 6.4 litros.
Su funcionamiento es agradable y progresivo, como debe de ser en una mecánica gasoil. Las prestaciones no son espectaculares, aunque tiene una velocidad máxima de 185 kilómetros por hora y una aceleración de 0 a 100 en 11.3 segundos. Para redondear el producto de Mazda, nos encantaría que introdujeran la versión de 136 caballos, que monta el Ford Focus, para ofrecer unas prestaciones acordes al excelente bastidor.
